Hoy por mí, mañana por mí

Si, ya sé que el título suena un tanto egoísta pero así me enseñaron a ser cuando estuve en bomberos voluntarios; no me dejarán mentir mis compañeros bomberos con que la frase de un buen bombero es super egoísta: "Primero yo, luego yo y después yo"

Claro, ya luego salían con la mamada de que porsupuesto que si tú no estás en condiciones seguras, no puedes ayudar a alguien más, y si no tomas en cuenta primero tu supervivencia, pues menos la de otros. Con ese preámbulo lo que quiero contarles es que por fin, haciendo gala de toda mi restante fuerza de voluntad; contra viento, marea, y sobretodo contra esas poderosas ganas instintivas de descansar, he tomado la determinación de regresar a entrenamiento con pesas, aparatos y cardiovascular.

Ok, también acepto que llevo meses regresando y nadamás me hago wey, pero todo debido a que tengo un gran bloqueo mental, luego de años asistiendo devotamente al gimnasio al menos cuatro veces por semana, dejarlo paulatinamente hasta el punto de no mover un dedo... y luego querer regresar es un proceso muy complicado. El volver y darte cuenta que cosas que hacías con tanta facilidad ahora te cuestan muchísimo (si es que puedes volver a hacerlas) puede llegar a ser muy frustrante; y es que además alguien como yo que derrocha ego a diestra y siniestra, pues tiene, por supuesto, que reaprender cosas y ser sumamente humilde con el progreso de las mismas.

Regresar, para mi, significa abrir los ojos, poner los pies en la tierra... darme cuenta qué tan de la verga estoy y sentirme un enoooorme pendejo por haber dejado pasar el tiempo... por haberme abandonado al devenir de los días y los meses sin hacer algo al respecto...

Pero bueno, bien dicen que de todo se aprende, y en ocasiones no hay mejor maestro que el sufrir por una meta en la vida.

Ahora, toda la formalidad del asunto es porque además de todo tengo que abandonar las ganas de querer salir a ligar morras todos los días en estas condiciones, para mejor salir a ponerle una chinga de perro bailarín a los músculos y al espíritu. Debo reaprender a tener paciencia, después de todo, en unos meses podré volver a salir de ligue, con mucho mejores expectativas.

Así que debo entenderlo, repetírmelo en cada ejercicio, en cada esfuerzo, en cada vena saltada sobre un músculo hinchado...

"no quiero cojer gordas... no quiero cojer feas... no quiero cojer gordas... no quiero cojer feas..."