Looking back to Junior High

Recuerdo que en secundaria tenía una maestra de inglés regordeta (obesa, pasada de peso, rellenita). En este punto es en el que le aclaro a mi amigo el pedofilias (que nombraré solo por sus siglas: G.C.*) que no, no me la andaba ajusticiando y no cruzaba, ni cruzó, ni cruzará por mi mente hacerlo. Aclarado lo anterior, prosigo.

Esta maestra era la ridiculez andando, derrepente iba de lycras, calentadores y tenis, que porque iba al gimnasio. Yo la verdad lo dudaba no sé porqué, pero continuo con la historia; el libro de texto quiero suponer que lo escogio especialmente por una notoria cualidad: En cada capítulo del libro existía una receta de cocina diferente (obviamente en inglés). Esta era la excusa perfecta para pedirnos como actividad mensual preparar el platillo de la receta y llevarlo a la clase junto con un reporte. El platillo obvio era para alimentar a la puerca, y el reporte, obvio, para que no se cagara en el piso.

Pues resultaba excelente negocio para la maestra: en el capítulo "The cake" salió con dos tinas llenas de pasteles. Con el capítulo "Pizza" resultó todo igual, y así todo hasta que llegó la receta más saludable. Rezaba en el encabezado de la página "Tuna salad".

Los ingredientes, aunque obvios por la simpleza del platillo, venían anotados en sus respectivas cantidades y la secuencia de la receta describía el proceso con detalles incluso mínimos. Cuando húbose llegado el día de presentar el platillo en clase, se veía a todo el mundo (del salón) con su tuppers llenos de saludable ensalada de atún.

Total que todos en su pedo... y derrepente pasa un pendejo al frente con una ensalada de tuna!!

Con cara de pendejo le dice a la maestra: "Oiga maestra, ps ahí decía 'Tuna' salad..."

Ya sabes todo el salón cagado de la risa de su pendejada y todavía le dice:

"... ándele maestra, acéptemela! me costó un chingo de trabajo conseguir las tunas porque ahorita no es temporada"



* G.C. - Gustavo Cañez. Ciudad Obregón, Sonora. [INEGI 2008]