Top 3 orgasmos en mi vida

Morras: tomen nota


Número 3. Resultó que luego de mucho trato en actividades extraacadémicas, un buen día convencí a una morrita de darnos una desconocidita. Estábamos en mi departamento, comenzaron los besos apasionados seguidos de los movimientos naturales por despojar de las prendas a la otra persona. Ya que estábamos complétamente en pelotas, acomodados en la típica posición de misionero, que me acuerdo que no tenía condones. Pensé rápidamente en solucionar la situación y entre proponiendo y acomodando, armamos un muy bonito 69, ella abajo, yo arriba.

Ya entrados en acción, le aventé un chambonononón que la verdad me saqué un 100. Luego de terminar su concentración en su propio placer, la morras comenzó a compensarlo con el trabajito que estaba haciendo, el movimiento lento comenzó a transformarse en un movimiento más rápido, más rítmico, los cuerpos sudando, calientes, piel con piel... en el momento del más grande delirio sentí como si me estuviera viniendo por litros y litros dentro del calor de su boca amorosa...

Mientras me convulsionaba retorciéndome por toda la cama, tuve un momento de lucidez en el cual vi, como si de cámara lenta se tratara, cómo fue que la morrita se levantó con las mejillas un poco infladas, y luego de un ¡glup! tragó todo ese semen caliente de su boca con una inocencia que me provocó estremecerme varias otras veces más.

De no haber tenido las piernas paralizadas y temblorosas, me hubiera parado a aplaudir.

To be continued... (Art of Fighting)