Navidad

Queridos reyes magos, santa claus, niñito dios, papá noel y todos los sinónimos y mamadas de lo que nos recompensa las buenas acciones a final de año:

Sé que este año no me he portado muy bien que digamos, he sido un wey equis que no merece mención especial alguna. El año ha sido duro para ser sincero, este mismo año viví horrores de tristeza y soledad que llegaron a quebrarme emocionalmente y aprendí a dejar de quejarme.

Me he apartado increíblemente de lo que yo deseaba ser, he hecho daño a muchas personas y en general me he olvidado de muchas otras que nunca me han abandonado. No me justifico de ninguna manera por mis actos de este año, todo salió al momento y como se fue dando. Este año viví alegrías muchas y tristezas varias. Rogué por volver a ser yo y cada vez me apartaba más del objetivo. Mi vida, a diferencia de muchas otras no tiene grandes complicaciones y muchas veces acepto que me ahogo en vasos de agua. A lo que voy es que tengo todo para hacer de mi vida un paraíso y lo estoy tirando por la borda con pretextos vanales e injustificados; me quejo amargamente de cosas que sólamente están en mis manos y en lugar de ponerme de pie y andar, exploto en berreos lastimeros que en realidad sólo me avergüenzan.

Este año no les escribo con el objetivo de que me traigan un Lamborghini Murciélago ni mucho menos un palacio en la playa, no. Este año colecto toda la poca humildad que hay en mi para pedirles algo mucho más sencillo...

deseo con todo mi ser encontrar nuevamente esa fuerza de voluntad inquebrantable que me mostró en algún momento de mi vida el camino de la trascendencia no ficticia... fuera de eso, sólo pido por la paz mundial y lograr la meta del teletón por muchos años más.